Última actualización: 10 diciembre, 2024
Gestión del cambio en PYMEs: estrategias para adaptarse a entornos dinámicos
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En los últimos años, el panorama para las empresas está caracterizado por rápidos cambios tecnológicos, clientes empoderados por amplio acceso a la información con demandas en constante evolución y una creciente competencia. Esto generó que la gestión del cambio se haya convertido en una habilidad fundamental para la supervivencia y el crecimiento de las PYMEs en la que las herramientas tecnológicas, los ERPs o sistemas de gestión, por ejemplo, juegan un rol clave.
Si bien este proceso implica mucho más que adaptarse a nuevos sistemas o ideas, es un cambio integral que influye en la cultura de la empresa, las herramientas que se utilicen potenciarán esta nueva mirada. Incorporar un ERP, con los beneficios que implica en términos de centralización de la información y la gestión, simplificará la innovación e impulsará los resultados de este proceso.
La importancia de la gestión del cambio en las PYMEs es cada vez mayor, sobre todo en mercados en expansión como el caso de Chile, donde cada año es más amplio el número de empresas que avanzan en un proceso de transformación digital.
En este artículo, analizaremos las claves para gestionar el cambio de manera efectiva y veremos cómo un sistema de gestión adecuado puede ser un pilar fundamental en este proceso.
Diagnóstico de la necesidad de cambio
La primera fase de la gestión del cambio es identificar con claridad las razones que impulsan esta necesidad en la organización. En muchas PYMEs, los factores que influyen en iniciar este proceso tienen que ver con la digitalización de los procesos, la optimización de los costos y la mejora en la eficiencia operativa. Por esto, un ERP es una herramienta clave a la hora de avanzar en la transformación digital del negocio.
Todos estos puntos están profundamente relacionados, por esto es clave realizar un análisis profundo que permita conocer datos sobre todas las áreas para detectar oportunidades de mejora y definir los pasos a seguir.
Un ERP o sistema de gestión permite acceder a un panorama integral de la empresa: desde la gestión de inventarios y las finanzas, hasta las relaciones con los clientes. Así, las PYMEs consiguen comprender mejor sus operaciones y detectan esas áreas claves para el cambio.
Desarrollo de una visión clara
El cambio solo es efectivo cuando todos los miembros de una organización están alineados y tienen un objetivo mayor en común. Al pensar en esta visión, es fundamental definir con claridad cuál es la meta del cambio y cuáles son los beneficios esperados, tanto a corto como a largo plazo. Por ejemplo, podría apuntarse a reducir los tiempos de entrega al cliente, mejorar la trazabilidad en la gestión de inventarios y además una mirada general sobre el impacto que se aspira a generar en el negocio.
Implementar herramientas tecnológicas es un factor clave para materializar esta visión, un ERP simplifica la integración de datos y procesos lo que facilita la toma de decisiones con información actualizada. Además, al centralizar la información, se evita la duplicidad de esfuerzos y se reduce la probabilidad de errores, lo que da lugar a un entorno de trabajo más eficiente y orientado a los objetivos.
Planificación y creación de un equipo de cambio
Es esencial contar con un equipo dedicado a gestionar el cambio, que incluya tanto a líderes como a colaboradores de distintas áreas. Este equipo debe estar capacitado para comunicar la visión del cambio y funcionar como punto de referencia en el proceso.
Un aspecto clave para una implementación exitosa de nuevas herramientas es el rol del equipo de cambio en la capacitación. La formación de los empleados es un elemento decisivo para reducir la resistencia al cambio. En este contexto, los equipos internos deben ofrecer capacitaciones continuas, y, si resultara necesario, contar con el apoyo de expertos externos en la herramienta.
Gestión de la resistencia al cambio
En cualquier área, el cambio tiende a generar resistencia, especialmente en las PYMEs donde los empleados suelen estar acostumbrados a procesos establecidos. La clave en este caso es la transparencia. Al explicar los beneficios específicos que aporta la incorporación de una nueva herramienta, como un ERP que impacta en la reducción de tareas repetitivas o facilita el acceso a información actualizada, es más probable que el equipo se muestre más favorable a adoptar el cambio.
Si se implementa un sistema de gestión que simplifica y automatiza tareas que pueden haber sido tediosas, como la facturación y el control de inventarios, esto va a permitir al equipo concentrarse en tareas de mayor valor. Mostrar estos beneficios de manera clara es un paso fundamental para superar la resistencia.
Implementación gradual y revisión constante
La gestión del cambio debe ser vista como un proceso continuo y no como un evento puntual. Es recomendable implementar el cambio en fases, esto hace que todos los integrantes de la empresa se adapten gradualmente a las nuevas herramientas y procesos.
Al implementar un sistema de gestión, por ejemplo, una buena práctica es empezar con un módulo esencial, para luego expandir hacia otros. Este enfoque ayuda a minimizar los riesgos y a permitir que los empleados se familiaricen con el sistema antes de una implementación completa.
Evaluación de resultados y ajuste de la estrategia
Después de implementar el cambio, es importante evaluar los resultados y ajustar las estrategias cuando sea necesario. Es fundamental contar con un ERP que facilite el acceso a datos y métricas en tiempo real, esto simplificará la evaluación del rendimiento.
El análisis de estos datos permite a las PYMEs entender si las metas se están cumpliendo y ajustar la estrategia en consecuencia. Por ejemplo, si se observa que los tiempos de entrega mejoraron pero la satisfacción del cliente sigue baja, la empresa puede investigar otras áreas, como la calidad del servicio postventa o la rapidez de respuesta a consultas.
Promoción de una cultura de cambio continuo
Finalmente, las PYMEs deben promover una cultura de cambio continuo. Esto no significa estar en constante transformación, sino estar abiertos a adaptarse cuando el contexto lo requiera. La introducción de un sistema de gestión ayuda a sentar las bases de esta cultura al proporcionar una infraestructura flexible y escalable que puede ajustarse a las nuevas necesidades del negocio.
La gestión del cambio en las PYMEs es un desafío, pero, al mismo tiempo, una oportunidad para mejorar la competitividad en mercados dinámicos como el chileno. Incorporar un ERP es central en este proceso al ofrecer visibilidad y control sobre las operaciones de la empresa, lo cual es fundamental para una adaptación exitosa. Al incorporar una estrategia clara y comprometida con la gestión del cambio, las PYMEs pueden asegurar una transformación sostenible y duradera que las fortalezca y les permita enfrentar los desafíos de un entorno siempre cambiante.
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