El mes pasado el Ministro de Hacienda, Felipe Larraín, anunció que se estaba enviando el nuevo proyecto sobre la Facturación Electrónica, tal y como pueden leer en gob.cl.
Todos intuimos que el uso de la Factura Electrónica cada vez será más extendido. No sólo tiene beneficios en términos de costos y operatividad para las empresas, sino que el Gobierno obtiene también grandes ventajas. Y dado que las grandes empresas ahorran mucho tiempo y costos con la Factura Electrónica, están «impulsando-forzando» lo más posible a que sus clientes y proveedores estén dentro del sistema electrónico.
Tal y como dice gob.cl:
Disminución del riesgo de fraude, mayor agilidad en los procesos de facturación y pago, ahorro en costos operacionales y tiempo, beneficios medio ambientales, son algunos de los beneficios a los que podrán acceder los contribuyentes a través de la nueva factura electrónica, cuyo proyecto de ley anunció esta mañana el Ministro de Hacienda, Felipe Larraín. Para el Estado, la iniciativa se traducirá en avances en la gestión de recursos del Estado, facilitando la fiscalización del cumplimiento tributario de las empresas, mejorando la oportunidad en la recepción de la información y proveyendo mayor transparencia al sistema. En definitiva, es una parte central de la modernización del Estado y una significativa contribución a mejorar la productividad del país.
Sin embargo este párrafo no agrega nada nuevo a lo que ya hay hoy en día funcionando en cuanto a la Factura Electrónica. Precisamente éstos eran los puntos principales de la primera propuesta y puesta en marcha de hace más de 10 años.
Todavía estamos esperando ver qué aporta de adicional este nuevo proyecto de Factura Electrónica, pero la principal novedad parece venir por el lado de reforzar la financiación vía el pago del IVA sólo cuando se emite el acuse de recibo de la factura electrónica, y así mejorar el papel de la Copia Cedible (principalmente el Factoring).
Hay que ver cómo se va a implementar este nuevo sistema, y si realmente va a tener el efecto perseguido. El problema es ver si la inclusión de la Factura en el Libro de Compras (para el cliente, y el Libro de Ventas para el proveedor) se va a supeditar a emitir el acuse de recibo, lo que puede complicar la operativa y fiscalización.
En cualquier caso no se evita el hecho de que las Pymes que son proveedores de las grandes superficies financien el IVA de las grandes empresas, al pagar el IVA en el mes y recibir el pago de la factura en 90 días o más. Tan sólo se reforzará el Factoring de estas facturas, pero hoy en día ya es una práctica habitual y con un mercado maduro.
Lo dicho, tendremos que esperar a ver la redacción y final, y ojalá que los diputados consigan interiorizarse de la mecánica y funcionamiento en la práctica del sistema y así no quede en una ley sin mayores beneficios para las Pymes.